Hace muchos años, cuando empezamos a trabajar con abejas, pensaba que todas las mieles sabían igual y que solo se usaba para los remedios para la tos, pues en mi casa no se compraba miel para otro fin, pero me di cuenta que la miel y las abejas son magia pura.
Al recolectar néctar y polen de las flores, las abejas hacen una labor espectacular llena de vida, ayudan a la polinización de miles de plantas, ellas no lo saben pues no lo hacen a propósito, ellas solo van por las calorías y proteínas que las plantas le proveen a la colmena. Las abejas no solo facilitan la reproducción de las plantas sino que aportan a la diversidad de los ecosistemas, los animales tienen refugio y alimento en los bosques polinizados y emana agua de los nacimientos.
Bosque húmedo, San Luis - Antioquia
Es extraño en estos tiempos de producciones agrícolas industrializadas, pensar que para obtener una mejor miel el bosque debe estar protegido, y ahí es donde se conecta todo, porque en ese bosque protegido cada flor le da el sabor y el aroma dulce y exquisito a la miel. ¿Entonces cada ecosistema es único y crea mieles únicas y diferentes? ¡Exacto! Abejas, flores y miel están conectados y son tan únicos como los bosques que son su hogar.
Claudia Rojas
Directora Samaná